lunes, 9 de junio de 2014

DESPUÉS DE LOS OBJETOS

Imagen: Rodney Smith

Con esa velocidad desciende del cielo la nada:
al ayer, a ninguna parte, al nosotros, bosque mojado.
con tal velocidad que la noche no puede llegar
para todo el mundo al mismo tiempo: alguien la apresura
hacia su sitio, hacia sus propios ojos.

todos recordamos a alguien que llegó así, de alguna parte:
de prisión, del cuarto, de una historia. se sentó y,   
como si fuese una idea frenética, se abandonó a sí mismo.

en un claro desafío, como flores de hielo se abrían los
objetos, aparecían y desaparecían como
Polonia, en el mismo campo quemado, después había que
recogerlos y dejarlos secar en algún sitio donde el aire y las corrientes
hicieran su parte, donde no hubiese depredadores.

allí se van los objetos, a la nada, a una seca y roma ninguna parte.
yo cuando voy a algún sitio suelo apagar la luz  
y pienso que sólo la negrura, tú, ninguna parte, sólo
la oscuridad te prueba.
allí tu tiempo asciende en un
cronómetro lluvioso donde la nada
ejercita por la mañana su irrigación y se dilata y se agota.

allí se calla y concibe una regla bien clara: nada se puede
restar a la nada, la nada sólo se suma a sí misma.
los objetos, que en esencia son piratas, siempre ocupan
lo de alguien, siempre lo desvalijan. a la ventana, a la
noche, al nosotros, bosque
mojado donde, como si no pasara nada, respiran,
reverdeciendo las hojas.

después de los objetos vienen otros objetos.

Pogacar, Marko, La región negra.Granada: Valparaíso Ediciones, 2014. Traducción de Yolanda Castaño y Pau Sanchis Ferrer.
Imagen: Rodney Smith

No hay comentarios:

Publicar un comentario